Era una niña con sueños.
Era una niña que soñaba con ser la mujer maravilla y jugaba en el borde del muro del jardín, saltando e imaginando que podía volar.
Era una niña que vivía en la inminencia de un apagón o de un coche bomba. Que jugaba en la oscuridad contando los carros que pasaban en la calle que eran del mismo color.
Era una niña que vivía en un momento de peligro, protegida totalmente y sin tener mucha idea de la realidad que había afuera.
Era una niña que vivía su infancia feliz, rodeada de amor.
Era una niña que jugaba mucho y cuando jugaba con alguien siempre quería ganar.
Era una niña que creció creyendo en ella, en que ella podía todo, que no habría nada que la pare si había algo que ella realmente quería.
Era una niña con fé, que creía y confiaba en la gente.
Era una niña que se esforzaba, que intentaba siempre hacer lo mejor que podía.
Era una niña que se preocupaba por quien podía estar mal y quería ayudar.
Era una niña que cuando algo era injusto no le parecía y reclamaba.
Era una niña que no entraba mucho en la moda, porque simplemente no le gustaba.
Era una niña que disfrutaba de cada pequeño detalle.
Era una niña que quería siempre ser mejor.
Era una niña y hoy es una mujer, que continúa siendo esa niña.
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